viernes, 12 de septiembre de 2014

Las lágrimas de un Padre!


Esta es una maravillosa historia de amor de un PADRE hacia su HIJO, que lastimosamente falleció. Esta reflexión es un texto muy alentador y sobretodo motivador para todas aquellas personas que tienen un hijo.
Después de esta breve introducción, les invitamos a leerlo y posteriormente meditar sobre esta historia.

"Cuentan que había una vez un señor que padecía lo peor que le puede pasar a un ser humano: su hijo había muerto.
Desde su muerte y durante años, no podía dormir. Lloraba y lloraba hasta que amanecía.
Un día, cuenta el cuento, se le aparece un ángel en su sueño, que le dice:
¡Basta ya de llorar! "Es que no puedo soportar la idea de no verlo nunca más"-
Le respondió el hombre.
El ángel le dice: -¿Quieres verlo?
Y al confirmarle que sí, lo toma de la mano y lo sube al cielo. -Ahora lo vas a ver, quédate acá.
A una orden suya, por una enorme acera empiezan a pasar un montón de niños vestidos como angelitos, con alitas blancas y una vela encendida entre las manos, como uno se imagina el cielo con los angelitos.
El hombre dice: -¿Quiénes son?
Y el ángel le responde: son los niños que han muerto en estos años, y todos los días hacen este paseo con nosotros, porque son puros. ¿Mi hijo está entre ellos? -Preguntó el hombre.
Sí, ahora lo vas a ver – le contestó, mientras pasaban cientos y cientos de niños.
Ahí viene- avisa el ángel, y el hombre lo ve, radiante como lo recordaba. Pero de pronto, algo lo conmueve: entre todos, es el único chico que tiene la vela apagada. Siente una enorme pena y una terrible congoja por su hijo. En ese momento, el chico lo ve, viene corriendo y se abraza a él.
El lo abraza con fuerza, y le dice: -Hijo, ¿por qué tu vela no tiene luz? ¿por qué no encienden tu vela como a los demás? Y su hijo le responde:
-Papá, sí encienden mi vela cada mañana, igual que la de todos nosotros, pero..., ¿sabes qué pasa? cada noche tus lágrimas apagan la mía"!!
El hombre abrazó a su hijo con todo el amor y ternura que su corazón y alma podían dar, se despidieron y el hombre fue regresado por el ángel a la tierra.

Había comprendido que si bien las lágrimas son el consuelo del alma, cuando estas se derraman sin cesar se convierten en gotas de dolor y sufrimiento,
Aprendamos a sobrellevar la pena más dura, mas amarga y más dramática. Recordemos que el creador es el refugio y el consuelo a nuestras penas.

Si has perdido a un ser querido puedes
llorar con lágrimas que brotan del corazón