lunes, 6 de octubre de 2014

El lado oscuro de tu signo: Tauro

Cuando tu lado oscuro se muestra, TAURO, la terquedad se convierte en uno de tus adjetivos más frecuentes. Si, eres terco a más no poder, arbitrario y cuando quieres conseguir algo, no te frenas, llevándote por delante a quien haga falta. Lo sabes.
Si te pones en el plan arrogante, todos tiran la toalla ante ti. Sinceramente, que Dios ayude a la persona que no hace lo que un Tauro quiere que haga. Tendrá que tener paciencia porque tú, no vas a ceder, de eso estamos seguros. Es más, aunque sepas que pueden tener razón, que incluso puede ser beneficioso o necesario para ti, si ya tomaste una decisión, no vuelves atrás, al menos hasta que los demás se hayan rendido. Entonces ahí, quizás si puedas comentar que a lo mejor se podría mirar desde otro punto de vista…En definitiva, puedes llegar a ser desesperante para muchos.

Cuando no quieres moverte de un sitio en el que estás a gusto, no te levantan ni con con una vara, cuando un Tauro se “estabiliza” (aunque sea en el sofá de su casa) no lo mueve nadie.

Te encanta el dinero, quizás más que a otros signos del zodiaco, y si, eres materialista ¿y quien no verdad?, a todo el mundo le gusta tener cosas en su boca, en su plato, en su bolso, en su banco y en su cama.

Odias que la gente te diga que no puedes obtener todo lo que deseas, ¿que tú no puedes? por supuesto que si, y es más, cuando lo consigues te aferras a ello como si fuera un tesoro que nadie más puede tocar sin tu permiso. Es por eso por lo que te llaman posesivo, pero, en realidad, lo que no entienden los demás es lo que te ha costado conseguirlo, ¿o no?. Sólo un valiente se atrevería a quitarte algo que es tuyo.

Esa ansia de poseer tiene descendientes, y esos descendientes son los celos extremos y el rencor, que a veces se manifiestan con la gente a la que quieres.

Siempre quieres más y te irrita que otras personas puedan tener más cosas que tú. Reconócelo.

Te gusta controlar e intentas que nada ni nadie se escape de tus manos, siempre quieres saber dónde están cada una de las personas que te rodean, qué es lo que tienen pensado hacer y te enfurece que no regresen puntuales al punto donde habíais quedado.

Tu opinión es inamovible casi siempre y los cambios violentos no te gustan para nada. Te agrada la vida que llevas y ¿para qué cambiarla? Siempre es mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer.