Ama: Elimina todo pensamiento o emoción que no te traiga más paz, alegría o amor a tu experiencia de vida, pues la vida recompensa de manera extraordinaria a quienes dan amor de forma extraordinaria. Es probable que en tu camino encuentres obstáculos y dudas, pero con amor, dedicación y trabajo no habrá límites.
Ten sueños que le den significado a tu vida: No intentes seguir los sueños de los demás, se fiel a tus metas y consigue todo aquello que anhela tu corazón. Construir y recorrer tu propio camino hacia tus sueños te permitirá sentirte enormemente satisfecho.
Sé agradecido: Deja de lamentarte por aquellas cosas que no has conseguido aun y disfruta de la abundancia que la vida te muestra cada día. El poder de la gratitud nos permite conectarnos con nuestro aquí y ahora, generando cambios realmente significativos en nuestra forma de ser, de pensar y de actuar.
Escucha tus sentimientos: Deja de luchar contra tus sentimientos. Llorar de felicidad no te hace débil, negar el dolor tampoco te hará más fuerte. Los sentimientos siempre serán tus aliados pues te indican aquellas cosas que debes mantener o cambiar en tu vida.
No critiques: Criticar desgasta y te puede traer problemas. Nunca podemos juzgar la vida de los demás, porque sólo cada persona conoce sus historias y sus renuncias. Una cosa es suponer que uno está en el camino cierto, otra es suponer que ese camino es el único.
Acepta y fluye: Aceptar las cosas tal y como son muestra tu capacidad de ser flexible y de adaptarte a los cambios. La vida, en última instancia, es cambio, movimiento, evolución y velocidad. Eres tú quien debe marcar el ritmo con el que caminas.
