Me presento ante ti, Padre Eterno
porque en mis hijos me has dado el don más hermoso,
el regalo más grande,
pero también son para mi el mayor compromiso.
Dame fortaleza y ternura para saber guiarlos por el camino del bien,
conforme a tu enseñanza... Dame desprendimiento
para que nunca el egoísmo se apodere de mi.
Dame entereza para dejarlos ir cuando llegue el momento
en que ellos tengan que realizar su vida...
Amen