A cáncer no le gustan nada las peleas y mucho menos si tiene que participar en ellas. Suele ser un signo tolerante y poco conflictivo. No por falta de temperamento, sino porque prefiere llevar la fiesta en paz.
Muchas veces se aleja en silencio, cuando alguien busca el enfrentamiento.
Cuando se enfada, hace un enorme esfuerzo por controlar sus emociones, pero éstas salen a la luz. Tiembla, le sudan las manos, se le trastabillan las palabras, llora… o todo junto. Ésa es la peor parte de ser tan sensible.